BUENAS PRÁCTICAS: UNA SOLUCIÓN A LA DEUDA TÉCNICA

Descubre que es la deuda técnica, por qué esta puede afectar tus proyectos y como puedes aplicar buenas prácticas para aumentar la calidad de software

Introducción –  ¿Qué es la deuda técnica?

Cuando comenzamos la tarea de desarrollar un nuevo proyecto solemos encontrarnos ante diferentes escenarios para los cuales es difícil estar preparados. Podemos encontrarnos con diseños deficientes creados con poco dinero y sin los adecuados controles de calidad por lo que es común acumular errores en el código si los plazos estimados de producción, la mala administración o incluso el bajo presupuesto juegan un papel determinante y desfavorable para llevar adelante el trabajo.

Esta acumulación de errores y deficiencias para crear y mantener el software muchas veces obliga a los desarrolladores a pausar los avances hasta encontrar y resolver las áreas del código más problemáticas, demandando costes de desarrollo y mantenimiento extra que hoy en día se conocen como deuda técnica.

Es decir que cuando hablamos de deuda técnica hacemos referencia al coste de arreglar y mantener un software mal diseñado.

Y aunque estudios recientes como el de Stepsize demuestran que los programadores requieren alrededor de 6 horas semanales de trabajo para reducir los problemas de desarrollo deficiente, muchas veces en la práctica esta cantidad de horas no suelen ser suficientes y las urgencias terminan sobreponiéndose a la calidad de desarrollo.

Es así como estos problemas suelen perpetuarse a lo largo del tiempo, incluso después del lanzamiento de un proyecto, obligando a los diseñadores a efectuar tareas de mantenimiento abultadas que muchas veces el cliente no puede permitirse abonar, por lo que es importante contemplar la manera en la que pensamos y diseñamos nuestros programas y aplicaciones desde un comienzo.

¿Cómo afecta la deuda técnica a las empresas informáticas?

La mayoría de las empresas que desarrollan software sufren la deuda técnica, ya sea porque han desarrollado código deficiente en los comienzos de un proyecto que ellos mismos han iniciado o porque han continuado el trabajo deficiente de otros equipos.

Estos problemas acumulados y no resueltos, no solo perjudican los tiempos de creación y ejecución de cada una de las nuevas etapas de desarrollo, sino también que muchas veces pueden afectar la moral de los equipos de trabajo obligando a estos a crear soluciones deficientes, en tiempos reducidos, que no satisfacen ni resuelven los orígenes de cada uno de los problemas presentados.

A la larga, trabajar en un proyecto sin resolver la acumulación de deuda técnica puede ser perjudicial en el ámbito monetario y también en el ámbito profesional, ya que la imagen de una empresa puede quedar ligada a un proyecto que al salir al mercado no es funcional o presenta demasiados bugs por lo que siempre que sea posible debemos buscar como medir la deuda técnica y aplicar herramientas para disminuir su impacto.

 

¿Cómo podemos utilizar las buenas prácticas para disminuir la deuda técnica?

Como la deuda técnica hace referencia a una acumulación de errores e interrupciones en la construcción del código que obliga a los desarrolladores a ocupar el tiempo en resolver bugs, las buenas prácticas pueden ser una pieza fundamental para evitar generar e incorporar más errores y comenzar a resolver todos aquellos problemas que el proyecto en cuestión ya tiene.

Trabajar a partir de la construcción de un código limpio nos permitirá desarrollar aplicaciones estables que pueden expandirse fácilmente sin la necesidad de complicar el código más de lo necesario para que este funcione.

Aplicar las buenas prácticas nos permitirá desarrollar nuestros proyectos a partir de un paradigma claro mediante el cual no tendremos que inventar soluciones frotando una lámpara mágica. Por ejemplo, utilizar la refactorización y el testing como parte del proceso de elaboración mejorará la calidad del código y evitará que todo el equipo centre sus energías en solo reparar bugs. De esta manera, el próximo que tenga que tocar todo el código no tendrá que volver a perder el tiempo en tratar de entenderlo y podrá incluso enfocarse en mejorarlo.

Es por eso que gracias a la implementación de estas técnicas, métodos y principios podremos construir nuestros proyectos con directrices claras y estar seguros de que cada paso que damos se alinea con un código limpio, testeable, flexible, escalable y robusto que nos ofrece mucha estabilidad a la hora de ejecutarse.

Conclusión

Es muy común que las urgencias impuestas por los plazos de entrega nos obliguen a acumular errores y deficiencias durante el proceso de desarrollo del software, pero también muchas veces la baja calidad de un proyecto suele estar relacionada con otros factores como pueden ser un presupuesto reducido y la expansión de desarrollo acelerada que a su vez requiere de la contratación de mano de obra barata o programadores con poca experiencia. Todo esto bajo una administración incorrecta puede terminar en un desastre si no se toma medidas preventivas a tiempo.

Aunque muchos programadores piensan que no se puede desarrollar un programa con calidad, rapidez y un bajo coste y por el contrario solo se puede reunir dos de las opciones antes mencionadas, en Craft Code somos conscientes de que aprender y trabajar a partir de una adecuada formación en buenas prácticas puede transformar un proyecto deficiente en un programa de calidad capaz de competir e incluso sobresalir en el mercado.

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